El sabor de la cerveza no depende únicamente de su procedencia, de los ingredientes empleados para su realización o de su proceso de fermentación, también depende del tipo de envase utilizado. ¿Conoces dónde envasar la cerveza? Existen tres opciones diferentes.
Hay muchos aspectos que inciden directamente en el sabor final de la cerveza que consumimos. Y también otros muchos enemigos que pueden echar al traste una producción entera de esta bebida. Por ejemplo, la luz, el calor y las altas temperaturas e incluso el oxígeno. Éstos son los eternos enemigos en la producción de la cerveza. Tres elementos que se deben controlar muy bien para que la calidad de ésta en el momento del dispensing sea perfecta.
Radiación UV: bueno para nada
Uno de los enemigos principales de la cerveza son los rayos ultravioletas que transporta la luz. Poco a poco, éstos hacen que la cerveza pueda llegar a perder su sabor pero no solo esto, también el color y al aroma tan característicos de las diferentes marcas. Los rayos ultravioletas son capaces de modificar la composición de ciertas moléculas. También puede afectar, y muy negativamente, el calor. El sabor se puede modificar si este elemento no se controla y se alcanzan altas temperaturas.
Una máxima para un correcto sabor es no someter a la cerveza a temperaturas extremas, tanto de frío como de calor, es decir ni 0º ni 40º C. El oxígeno tampoco puede estar presente en la cerveza. ¿Por qué? Porque produce en la cerveza envasada diacetilo, procedente de la fermentación que reduce su duración y genera un sabor mantecoso y poco deseable a la cerveza. Y aunque no es malo para la salud de quien la consume, sí que estropea el sabor de la cerveza.
Otros factores
Pero si hay otro factor a tener en cuenta a la hora de hablar del perfecto mantenimiento de la cerveza es elegir el correcto envase para la misma. Hay tres tipos de envases donde conservar cerveza: barril, botella y lata, que generalmente podemos encontrar en supermercados, tiendas y locales de restauración. La cerveza en barril es ideal para estos últimos ya que permite mantener un mayor volumen de cerveza envasada. Y la duración del líquido es mayor, ya que, no entra oxígeno una vez se abre el barril.
No es muy antiguo este método, fue implementado a principios del siglo XX como una forma idónea de protegerla de la luz y el oxígeno, a la vez que permitir una gasificación controlada de la cerveza. Eso sí, se necesita un sistema de dispensación para sacarla del barril. En Reyvarsur te ofrecemos diferentes soluciones al respecto.
Cristal, de toda la vida…
Por otro lado, la cerveza en botella de cristal es más antigua que la de barril, ya había a mediados de 1800. Si os habéis fijado, algunas botellas son más oscuras y es para protegerlas de los rayos de luz. Las botellas más claras exponen más fácilmente la bebida a este enemigo natural convirtiéndola en más vulnerable.
La inversión necesaria para el envasado en botella de cristal es mucho menor que para el resto de opciones. Según diferentes estudios de marketing, ofrece mayor confianza al consumidor que las cervezas de lata.
Este tercer sistema es económico, de fácil diseño y etiquetado. Y es fácil de transportar y almacenar, tanto para consumo privado como en establecimientos hosteleros. .
Sin embargo, para muchos este envase, que también evita el oxígeno y la luz y de ahí también su popularidad, pueden ofrecer una sensación de metal al consumirlo. Aunque es más bien una percepción que una realidad.